Monday, June 6, 2011

Monseñor Isaias Duarte Cancino Y Unicatolica



Conciente de la importancia de su formación, con recursos familiares, fue a la Universidad Gregoriana en Roma, a cursar Teología.


Vivió como era usual en esos años en el Colegio Pío Latinoamericano en la vía Aurelia. Allí acrecentó su amor al Santo Padre y a la Iglesia que lo llevaron a distinguirse como un joven que amó entrañablemente a la Iglesia y se sacrificó por ella con notable espíritu de obediencia a la autoridad eclesiástica. el deseo de el
era que todos tuvieran las mismas oportunidades de estudio como el las tuvo.


Luego de cuatro años de estudio, obtendría el grado académico de Licenciado en Teología.
Durante la Segunda Sesión del Concilio Vaticano II, el 1° de Diciembre de 1963 fue ordenado sacerdote, al servicio de Dios y de los hombres, por su Obispo, Monseñor Héctor Rueda Hernández.


El 19 de agosto de l995, el Santo Padre Juan Pablo II, le dio traslado a la Arquidiócesis de Cali, sede metropolitana, de la que tomó posesión el sábado 23 de septiembre subsiguiente.


El lema que escogió como Obispo caracterizó su presencia en la atormentada región de Urabá y su misión en Cali: Servir. No eligió, ser servido como amo y patrón, sino ser el servidor en la verdad y en el amor.
en 1996 se funda la univercidad catolica en 1999 se realizo la convenvcion ciencia y fe en El Valle del Cauca.

Su pensamiento
A propósito de la realidad político–social de Colombia, el Arzobispo señalaba a los jóvenes en su Discurso pronunciado en la jornada de la Reconciliación (3/4/98)
“Saludo a los jóvenes porque son fuertes y generosos, porque su corazón está libre de odios y rencores. Colombia vive una avalancha de violencia que destruye la vida de los colombianos. Como fruto de esta violencia se han generado odios, rencores y resentimientos que empobrecen el alma e impiden la paz de nuestra Patria. La Paz es compromiso de todos. Si queremos alcanzarla es necesario caminar por el sendero de la reconciliación y del perdón. Debemos reconciliarnos con nosotros mismos, con Dios, con nuestros seres queridos, con los vecinos, con toda la familia humana. Es necesario ser agentes de reconciliación y perdón, es decir, ser constructores de Paz. Dejemos de lado los odios, los rencores y emprendamos el camino de la reconciliación. Es necesario un proceso pedagógico que nos conduzca a la paz. Este proceso se llama conversión: volver al camino de la paz, dejar todo aquello que nos aleja de nuestros hermanos”.

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